Control De Grillos, Culebras

Sentirlos sobre la piel no es nada agradable: sus patas con espinas se hincan, con sus mandíbulas roen y dañan la ropa o cualquier tipo de tejido. Pero, es inevitable verlos al inicio de la temporada invernal en la Costa. Se trata de los grillos, insectos ortópteros que salen de sus húmedas guaridas en las primeras tres semanas de lluvias y forman verdaderas alfombras cantarinas debajo de los postes de alumbrado eléctrico.

Estos insectos, que forman parte de la familia Gryllidae, aparecen en esta época en estado adulto, atraídos por las luces y la humedad. Para ellos, el invierno es la estación ideal para poner sus huevos y dejar asegurada su descendencia, ya que después de su primera y única aparición mueren, explica Jaime Buestán, entomólogo del Departamento de Salud Animal del Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez.

Debajo de las piedras o tablas, en los cerros, alcantarillas y leña apilada, que son lugares húmedos, se aparean. Su ciclo de vida dura un año, tiempo en el cual cumplen ocho estadios; los huevos se convierten en ninfas, desprenden la piel hasta llegar a medir un máximo de 3 ó 4 centímetros. Al término del tercer trimestre ya son adultos y permanecen ocultos esperando las primeras lluvias para iniciar un nuevo ciclo.

Su metamorfosis es similar a la de las cucarachas, pero estas son transmisoras de enfermedades como la salmonelosis y pueden contaminar los alimentos porque están en los desagües y lugares antihigiénicos. Los grillos se diferencian de ellas porque no provocan o transmiten ningún mal.